Desconsolado, el filósofo mira al Cielo

El Tratado de Astronomía (1297) de Ramón Llull (1232-1316)

Ricardo da COSTA

Conferencia de cierre de las II Jornadas de Filosofía Medieval
“Francis P. Kennedy”. Ramon Llull a setecientos años de su muerte
.
Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP),
Mar del Plata, 1 y 2 de Julio de 2016.

Atividade inserida nas comemorações acadêmicas
dos 700 anos de morte do filósofo Ramon Llull (Any Llull 2015-2016)

In: BARENSTEIN, Julián (org.). II Jornadas de Filosofía Medieval
“Francis P. Kennedy”. Ramon Llull a setecientos años de su muerte.

Mar del Plata: Universidad Nacional de Mar del Plata, 2016,
p. 139-152 (ISBN978-987-544-730-1).

Del movimiento de los signos y de los planetas viene el encuentro de los cuerpos celestes; de ese encuentro nace el influjo, la fuerza y el templado movimiento hacia los cuerpos inferiores.
RAMON LLULL. El Libro de los Proverbios, CXCVII. Del firmamento, 7.1

En 1297 Ramon Llull (1232-1316) hacía su segundo viaje a París. ¡El filósofo tenía entonces unos 64 años! Allí permaneció hasta julio de 1299. Mientras tanto, tuvo un encuentro (por segunda vez) con Felipe IV, el Hermoso (1268-1314), rey de Francia y Navarra (“para suplicar algunas cosas utilísimas para la Santa Iglesia de Dios”), además de haber estado en contacto con la Cartuja de Vauvert (los cartujos recibieron de regalo una copia de su Libro de la Contemplación) y “leído públicamente su Arte y escrito muchos libros. Pero al darse cuenta de que poco o nada estaba obteniendo de tales cosas junto a los poderes instituidos (monarquía y universidad), regresó a Mallorca” (Vida coetánea, VIII, 32). Desconsolado, en su isla natal, Llull expresó su decepción con estos últimos fracasos:

Son hom veyl, paubre, meyspreat,   Soy hombre viejo, pobre, menospreciado2
no ay ajuda d’home nat                     no tengo ayuda de hombre nacido
e ay trop gran fait emparat.              y he cargado con demasiado.
Grans res ai de lo mon cercat,          Grandes cosas he indagado del mundo:
mant bon exempli hai donat:           muy buen ejemplo he dado:
poc son conegut e amat.                   poco soy conocido y amado.

Vuyl morir en pelec d’amor.             Quiero morir en piélago de amor.3
Per esser gran non ay paor                Por ser mayor no tengo temor
de mal princep ne mal pastor.          de mal príncipe ni mal pastor.
Tots jorns consir la desonor             Todos los días considero el deshonor
que fan a Deu li gran senyor             que hacen a Dios los grandes señores,
qui meten lo mon en error.               que llevan al mundo a error.4

El Tratado de Astronomía, escrito en el primer año de su segunda permanencia en París, testifica así la prolífica producción en esos años parisinos, su difícil, continuo e incesante contacto lleno de extrañezas con la Universidad5 –sin embargo, Fernando Domínguez Reboiras (1943- ) considera que lo que la Vida apunta no hace justicia a la actividad positiva desplegada por Llull (por ejemplo, las dieciséis obras escritas que, según el especialista gallego, ofrecen un testimonio fehaciente del contacto continuado de Ramon con los círculos intelectuales, en especial con la Universidad.6

El Tratado de Astronomía ya fue destacado por la notable especialista Frances Yates (1899-1981) como absolutamente fundamental para comprender la aplicación práctica de la filosofía de Llull, el Ars luliana, en especial el efectivo funcionamiento de sus posibles combinaciones (con el estudio de su teoría elemental intrínseca).7

Con respecto a la Astronomía –última e importantísima disciplina enseñada en el Quadrivium8–, el filósofo mallorquín se interesó por sus aspectos prácticos, en especial el uso médico-terapéutico de la influencia de los astros.9 Llull ya había anteriormente tratado ese tema en partes de otras obras suyas: en pasajes del Libro de la contemplación (c. 1271-1273)10, en 1288-1289, en la obra Félix o el Libro de las Maravillas (Libro III, “del Cielo”), en 1295-129611 en el Árbol de la Ciencia (“Árbol Celestial”), y en 1296, en los Proverbios de Ramon (CXCVII. “Del Firmamento”).12

El Libro de la contemplación es el primer gran texto de Ramon Llull, considerado la Divina Comedia catalana, texto patético, con distintos estados de ánimo de su mundo interior.13

En el Libro “Del Cielo” del Libro de las Maravillas, el viajante Félix, que sale por el mundo para maravillarse con el porqué de los hombres dejaren de amar y conocer a Dios, encuentra a un pastor en una cueva. Ese hombre había decidido vivir solo, sin bienes, para amar y conocer a Dios. Los dos entablan entonces una conversación al respecto del cielo, de su movimiento, de sus partes. En ese diálogo, son presentados cinco cuentos, cinco “ejemplos” (forma alegórica de enseñanza típica de la Edad Media): un rey, un caballero, dos filósofos y una señora.

En primer lugar, Llull discurre en relación al tema del cielo empíreo (ἔμπυρος), contribución de la cosmología cristiana a la estructura del mundo clásico, personificación textual del espacio etéreo de la sustancia suprasensible, inmóvil y eterna, sustancia que mueve el universo y que es el acto en sí mismo: Dios.14

Después trata del movimiento, eterno problema metafísico, que explica con una analogía entre el movimiento circular que sostiene el cielo y la dirección del fuego para arriba y en línea recta. El filósofo narra un cuento sobre un caballero que recibe el perdón de su rey para discurrir sobre la influencia que los cuerpos celestes ejercen abajo, en la tierra.

En el Árbol de la Ciencia, inmensa enciclopedia forestal escrita en Roma en los años 1295-1296, nuestro filósofo dedica una de sus partes (uno de sus “árboles”) al cielo.15 Afirma que cuando Dios creó el mundo, puso una bondad general de naturaleza corporal, una grandeza, una duración, un poder, un instinto y un apetite, además de otros principios primeros y generales que pertenecen a la naturaleza corporal. A cada uno de esos principios los dividió Dios en dos partes: la quinta esencia y las cuatro sustancias del mundo (aire, fuego, tierra y agua). Son esas partes las que componen el Árbol Elemental. Esa corporalidad general fue creada para que la bondad superior (arriba de la Luna –el Universo, el mundo para muchos filósofos–16 estuviese de acuerdo con la bondad inferior (nuestro mundo, mundo sublunar, espacio debajo de la Luna), para que la grandeza superior concuerde con la inferior, la duración superior concuerde con la inferior y así sucesivamente.

La contrariedad fue suprimida de los principios generales creados por Dios en esa organización cosmológica, para que no hubiese oposición ni corrupción entre ellos –solamente en nuestro mundo inferior y eso explica, para la ciencia de la época, la generación y la renovación de las formas nuevas que los filósofos perciben en la naturaleza. Por lo tanto, concluye Llull en la introducción del Árbol Celestial que las raíces que sostienen y alimentan el Árbol celestial (raíces del cielo), son la bondad, la grandeza, la duración, el poder, el instinto natural y el apetito de la verdadera virtud, la deleitación, la diferencia, la concordancia, el principio, el medio y el fin, la minoridad, la igualdad y la menoridad.

En los Proverbios de Ramon (CXCVII. “Del Firmamento”), Ramon Llull presenta su concepción celeste en la típica forma proverbial: el firmamento, animado de movimiento circular, es el último y mayor cuerpo natural; tiene alma (responsable por el movimiento de los signos del Zodíaco y los planetas que influyen en los cuerpos inferiores); los cuerpos celestes no tienen la misma complexión que los elementos, pero actúan sobre ellos. En definitiva, la Astrología mira hacia la naturaleza de los cuerpos celestes y forma los juicios sobre la tierra.17

Gracias a la datación de esas obras percibimos que el filósofo “despertó” para el tema de la Astronomía después de su primer viaje a Paris –cuando escribió la obra Félix– lo que resalta más aún la conexión de tema con la universidad parisina.

El Tratado de Astronomía explica la honda conexión entre el mundo y el Universo, la relación entre el mundo debajo de la Luna, mundo sublunar, mundo material, mutable e inconstante, mundo de la generación y de la corrupción de las cosas por la incesante “guerra” entre los cuatro elementos constitutivos de todo18 (aire, fuego, tierra y agua) –y el mundo supra lunar, mundo compuesto por los astros (las esferas celestiales), mundo inmutable y constante, también compuesto por los cuatro elementos, pero en una composición armónica e invariable.19

El Tratado tiene cinco partes, mucho desiguales en su extensión:

1) De los principios de la Astronomía;
2) Al respecto de la Figura;
3) De las conjunciones de los planetas, de los signos y de sus propiedades;
4) Objeciones a la antigua Astronomía, y
5) De las cuestiones.

Puse abajo la estructura de la obra para mejor visualizar cómo el filósofo estructuró su pensamiento cosmológico, basado en su Arte. La Primera Parte está así organizada:

Tratado de Astronomía (1297)

Primera Parte

De los Principios de la Astronomía

Da Segunda Parte de los Principios de la Astronomía

I.1.
De los antiguos principios de la Astronomía

I.2.
Los planetas

II.1.
Del vencimiento

II.2.
Cuestiones

II.3.
De los principios

II.4.
De las definiciones
de los accidentes

II.5.
Del alma del Cielo

I.1.1.

De los doce signos del Cielo

(1)

Aries

(1)

Saturno

(1)

Sobre A y B

(1)
Lo que es?
– Lo que es uno signo y uno planeta

(1)

De la grandeza

(1)
Del “cuando”

– Primavera
– Verano

(1)
Preguntan si el Cielo tiene alma o no

(2)
Tauro

(2)
Júpiter

(2)
Sobre A y C

(2)
De que

(2)
De la duración

(2)
Del “lugar”

(2)
Que el Cielo no tiene alma vegetativa, o sensitiva, o imaginativa

(3)
Gemelos

(3)
Marte

(3)
Sobre A y D

(3)
Por qué

(3)
Del poder

(3)
De “la manera”

(3)
Que el movimiento es el alma del Cielo

(4)
Cáncer

(4)
Sol

(4)
Sobre B y C

(4)
De la cantidad

(4)
Del Instinto

(4)
De “la Instrumentación”

 

(5)
Leo

(5)
Venus

(5)
Sobre B y D

(5)
Del cual

(5)
Del apetito

 

(6)
Virgen

(6)
Mercurio

(6)
Sobre C y E

 

(6)
De la virtud

(7)
Libra

(7)
Luna

 

(7)
De la verdad

(8)
Escorpio

 

(8)
De la gloria

(9)
Sagitario

(9)
De la diferencia

(10) Capricornio

(10)
De la concordancia

(11)
Acuario

(11)
De la contrariedad

(12)
Piscis

(12)
Del principio

(13)
Del medio

(14)
Del fin

(15)
De la superioridad

(16)
De la igualdad

(17)
De la minoridad

En “De los Principios de la Astronomía”, Llull presenta los atributos de los doce signos y los siete planetas entonces conocidos (Saturno, Júpiter, Marte, el Sol, Venus, Mercurio y la Luna), tradición ptolemaica aún vigente en el siglo XIII.20 Para cada elemento (que llama de compleción elemental) él atribuye una letra –y eso es muy importante para manipular su tratado: A = aire, B = fuego, C = tierra y D = agua.

Establece entonces una conexión entre esos cuatro elementos, los doce signos del Zodíaco y los siete planetas. También, así como Ptolomeo, determina para cada signo cualidades específicas: masculinidad, feminidad, nocturnidad, movilidad, rigidez, además de posiciones geográficas en la Tierra (espacios que serían más influenciados por determinados signos). A su vez, para cada planeta, Llull atribuye bondad, maldad, bondad y maldad juntas, determinados metales y días de la semana.21

En “De la Segunda Parte de los Principios de la Astronomía”, el filósofo presenta dos innovaciones en relación a la tradición. El primero es el concepto de vencimiento (devictio en la versión manuscrita latina), cuando pone en confrontación directa los elementos de los signos y planetas (con sus cualidades propias y apropiadas) en la misma conjunción astronómica, para así determinar cuál será el elemento predominante.

Con ese conocimiento, el astrónomo podrá hacer un juicio correcto. Josep Enric Rubió considera plausible que Llull se haya inspirado en textos árabes “populares” de Astronomía para crear su “teoría del vencedor”.22 La correspondencia entre los cuatro elementos y sus cualidades activas (propias) y apropiadas (pasivas) en la filosofía de Ramon Llull fue muy bien expresa por Robert Pring-Mill (1924-2005) en ese organigrama:

 

El aire (A), caliente y húmedo, es contrario a la tierra (C), que es seca y fría – y ser caliente es una cualidad propia del aire (la humedad, a su vez, es su cualidad apropiada). Con su calor, el aire concuerda con el fuego (B), que es caliente (su cualidad propia) y seco (su cualidad apropiada). El agua (D), que es húmida y fría, con su humedad concuerda con el aire que, por ser frío, concuerda con la tierra y se opone al fuego. El filósofo explica cómo esas cualidades de los elementos se mezclan cuando ellos se encuentran en el Zodíaco.

La segunda innovación de su filosofía en relación a la tradición ptolemaica es la aplicación de su Arte al tema: por un lado, la importancia para la Astronomía de las dignidades de Dios –según Llull, las únicas cosas que existen continuamente en todo el universo (bondad, grandeza, duración, poder, etc., y que constan de la Figura A de su filosofía); por otro, la inclusión de los principios relativos de su Figura Tdiferencia, concordancia, contrariedad, etc.23

El ítem II.5. (“Del alma del Cielo”) es una muy particular interpretación luliana de la noción cosmológico-platónica de anima mundi (especialmente en la obra Timeo [Τίμαιος], muy estudiada en la Europa del siglo XII), concepto que la ciencia medieval compartía hasta la llegada de los textos aristotélicos en el siglo XIII (y sus comentadores árabes). El filósofo mallorquín se vale del concepto de anima motiva (en el Árbol Celestial24 no sólo para explicar el origen del movimiento (un eterno problema de naturaleza metafísica para las filosofías clásicas y medievales), pero especialmente para que el alma del mundo sea causa del alma vegetativa en los árboles y de la vegetativa y sensitiva en los animales.25 Por cierto, la propia idea que los elementos formaban el cuerpo del Universo también era platónica (se encuentra en el Timeo [31c-33a])26, texto que Llull ciertamente leyó durante su periodo de formación intelectual.

La Segunda Parte del Tratado de Astronomía explica cómo la figura circular puede ser manipulada. Esa figura tiene ocho círculos. En el mayor se encuentran los doce signos, y en los otros siete, movibles, los siete planetas. Cada una de las cuatro letras (A, B, C y D) están en cada casa para indicar las respectivas complexiones de los signos y de los planetas. Además, hay más letras (E, F y G) para significar las naturalezas de los movimientos de ascensión (por E), de permanencia (F) y de descender (por G). El propósito de la figura es ser un instrumento con lo cual el astrónomo debe emitir sus juicios.

En la Tercera Parte, práctica, Llull trata de las conjunciones de los planetas y de los signos. Divide esa parte en dos –y la primera en cuatro: los juicios emitidos por A, B, C y D para el signo de Aries, de Tauro, de Géminis y de Cáncer con los planetas. En la segunda, analiza las relaciones oblicuas de los signos y planetas, y determina que las constelaciones en línea recta son más influyentes que las transversales.

La Cuarta Parte, muy concisa pero basada en la mejor tradición crítica aristotélica, el filósofo reprende a los antiguos astrónomos por haber hecho ponderaciones con base en razones necesarias y por no haber tenido en cuenta las cualidades propias de los cuatro elementos, mucho menos el vencimiento de uno sobre el otro puestos en la misma casa zodiacal.27 Critica a la antigua Astronomía por no haber considerado los primeros principios (es decir las dignidades divinas), por no tener conocimiento del alma del Cielo crítica quizás excesiva y por no explicar el hecho de que los signos tienen elementos específicos. Para finalizar critica Llull que se ha puesto demasiado énfasis en la influencia de los astros por el simple hecho de no haber tenido en cuenta la primera causa, es decir: Dios, que puede, con Su poder, alterar por su voluntad, los actos y movimientos de las constelaciones conforme la finalidad deseada.

En la Quinta y última parte, Llull presenta setenta y cinco cuestiones posibles de ser hechas tanto por estudiantes, iniciados en la ciencia de la Astronomía, como astrónomos “tradicionales”, aún no habituados a las peculiaridades de la aplicación de su Arte a esa rama específica de conocimiento.

Conclusión

Ramon Llull fue un personaje extraordinario –él mismo se autodenominó superfantástico (es decir, muy loco28). Escritor prolífico, aunque filósofo despreciado en su propio tiempo, produjo una obra inmensa que es, para los historiadores del pensamiento y de la cultura, una perla de informaciones históricas, filosóficas, culturales y científicas. Sus textos, hijos de su tiempo y de su multifacética personalidad, muestran, además, las condiciones del desarrollo científico de su época. La Astronomía, última disciplina de las siete artes liberales, concluía la trayectoria del estudiante hacia la Sabiduría.

De acuerdo con esa visión totalizante del conocimiento, su Astronomía no pretendía ofrecer predicciones astrológicas, sino una visión integradora que estructurase todas las innumerables teorías astronómicas en una sólo hipótesis general, basada en su Arte. Así, deseaba él una renovatio de la ciencia de los astros basada en sus correcciones de los errores de los astrónomos antiguos y en la teoría de los elementos. No obtuvo suceso en su tiempo, pero proporcionó a la posteridad una fotografía de un momento de la historia de la ciencia, de la física de su tiempo, tiempo en que los intelectuales miraban hacia al cielo.

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Fuentes

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RAMON LLULL. Árvore Celestial (trad. Ricardo da Costa).
RAMON LLULL. Arte Breve (1308) (trad. de Ricardo da Costa e Felipe Dias de Souza).
RAMON LLULL. Canto de Ramon (1300) (trad. e notas de Ricardo da Costa e Tatyana Nunes Lemos. Prefácio de Alexander Fidora). Alicante: e-Editorial IVITRA Poliglota, 2010.
RAMON LLULL. Libro de los Proverbios (Liber proverbiorum) (ed. de Sebastián García Palou). Madrid: Miraguano S. A. Ediciones, 2011.


Bibliografía

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VEGA, Amador. Ramon Llull y el secreto de la vida. Madrid: Ediciones Siruela, 2002.
YATES, Frances A. Ensayos reunidos I. LULIO Y BRUNO. México: Fondo de Cultura Económica, 1996.

Notas

  • 1. RAMON LLULL. Libro de los Proverbios (Liber proverbiorum) (ed. de Sebastián García Palou). Madrid: Miraguano S. A. Ediciones, 2011, p. 279.
  • 2. La misma forma auto-conmiserativatopos de la humildad cristiana, se encuentra en el “Prólogo” del Llibre del gentil e lo tres savis (c. 1274-1283): “Jo qui són hombre colpable, mesquí, pobre, pecador, menyspreat per les gents, indigne que mon nom sia escrit es est libre ni en altre…”. InObres Selectes de Ramon Llull (1232-1316). Volum I (ed., introd y notas de Antoni Bonner). Mallorca: Editorial Moll, 1989, p. 107.
  • 3. Fl 1, 23. En Llull, el deseo de morir es propio del martirio.
  • 4. “Canto de Ramon”. In: VEGA, Amador. Ramon Llull y el secreto de la vida. Madrid: Ediciones Siruela, 2002, p. 244 (con pequeñas adaptaciones). Por su vez, nuestra traducción al portugués he sido publicada en España: RAMON LLULL. Canto de Ramon (1300) (trad. e notas de Ricardo da Costa e Tatyana Nunes Lemos. Prefacio de Alexander Fidora). Alicante: e-Editorial IVITRA Poliglota, 2010.
  • 5. DOMÍGUEZ, Fernando, GAYÀ, Jordi. “Life”. In: FIDORA, Alexander, and RUBIO, Josep E. (eds.). RAIMUNDUS LULLUS. An Introduction to his Life, Works and Thought. Turnhout: Brepols, 2008, p. 87-88.
  • 6. “La característica común a todos los tratados de esta fecunda estancia no es el examen profundo y original de estas materias, sino justo lo contrario. Partiendo de unos conocimientos superficiales en estas disciplinas pretende dejar fuera de toda duda que todas las ciencias están exigiendo la necesidad y la utilidad del Arte”. REBOIRAS, Fernando Domínguez. Ramon Llull. El mejor libro del mundo. Barcelona: Arpa Editores, 2016, p. 216-218.
  • 7. YATES, Frances A. “El Arte de Raimundo Lulio: aproximación a través de su teoria de los elementos”. InEnsayos reunidos I. LULIO Y BRUNO. México: Fondo de Cultura Económica, 1996, p. 23-141.
  • 8. NORTH, John. “O quadrivium”. In: DE RIDDER-SYMOENS, Hilde (coord.). Uma História da Universidade na Europa. Volume I: as universidades na Idade Média. Lisboa: Imprensa Nacional-Casa da Moeda, 1996, p. 337-360. Una curiosa interpretación de la Astronomía en la actualidad se encuentra en MARTINEAU, John. “Um pequeno livro da coincidência no sistema solar”. In: MARTINEAU, John (org.). QUADRIVIUM. As Quatro Artes Liberais Clássicas da Aritmética, da Geometria, da Música e da Cosmologia. São Paulo: É Realizações Editora, 2014, p. 294-357.
  • 9. Pudo estudiar algunos de esos aspectos, con la ayuda del médico Dr. Hélio Angotti-Neto: COSTA, Ricardo da; ANGOTTI-NETO, Hélio. “Medieval leprosy and the metaphorical medicine of Ramon Llull (1232-1316)”. In: ANGOTTI-NETO, Hélio (org.). Mirabilia Medicinæ 5. III UNESC Seminar of Medical Humanities, 2015/2, p. 1-30.
  • 10. RAMON LLULL. Obres Essencials (OE). Barcelona: Editorial Selecta, vol. II, 1960, p. 97-1269.
  • 11. Nuestra traducción: RAIMUNDO LÚLIO. Félix ou O Livro das Maravilhas (apres. e trad. de Ricardo da Costa). Coleção Grandes Obras do Pensamento Universal 95 e 96. São Paulo: Editora Escala, 2009, 2 volumes.
  • 12. RAMON LLULL. Libro de los Proverbios (Liber proverbiorum) (ed. de Sebastián García Palou), op. cit., p. 278-281.
  • 13. COSTA, Ricardo da. “A experiência religiosa e mística de Ramon Llull: a Infinidade e a Eternidade divinas no Livro da Contemplação (c. 1274)”. InScintilla - Revista de Filosofia e Mística Medieval. Curitiba: Faculdade de Filosofia de São Boaventura (FFSB), vol. 3, n. 1, janeiro/junho 2006, p. 107-133.
  • 14. COSTA, Ricardo da. “‘Entendo por céu a ciência e por céus as ciências’: as Sete Artes Liberais no Convivio (c. 1304-1307) de Dante Alighieri”. In: CARVALHO, Marcelo, PICH, Roberto Hofmeister, SILVA, Marco Aurélio Oliveira da, OLIVEIRA, Carlos Eduardo (orgs.). Filosofia Medieval. São Paulo: ANPOF, 2015, p. 333-355.
  • 15. La forma de organización de un tema con la utilización de la analogía de los árboles era muy frecuente en la Edad Media (incluso en el periodo moderno). “Outra metáfora-chave do século XVI, e da Idade Média, para visualizar o sistema de conhecimento era a de uma árvore com seus galhos. Além das árvores do conhecimento, como a Arbor scientiae de Raimundo Lúlio, escrita por volta de 1300, mas reeditada diversas vezes no período, havia árvores da lógica (a chamada “Árvore de Porfírio”), árvores da consanguinidade, árvores da gramática, árvores do amor, árvores das batalhas e até uma árvore dos jesuitas (com Inácio na raiz)”. BURKE, Peter. Uma História Social do conhecimento. De Gutenberg a Diderot. Rio de Janeiro: Jorge Zahar Editor, 2003.
  • 16. Por ejemplo, para Aristóteles (De caelo, Libro I, 8). ARISTÓTELES. Do Céu (trad. e notas: Edson Bini). São Paulo: Edipro, 2014, p. 69.
  • 17. RAMON LLULL. Libro de los Proverbios (Liber proverbiorum) (ed. de Sebastián García Palou), op. cit., p. 278-281.
  • 18. Esa es una de las tradiciones aristotélicas de la filosofía de Llull. Para ese tema, ARISTÓTELES. Sobre a geração e a corrupção (trad. e notas de Francisco Chorão). Lisboa: Imprensa Nacional-Casa da Moeda, 2009, particularmente su Libro II, cuando trata de la materia subyacente (los elementos) y las contrariedades correspondientes al tato (caliente-frio, seco-húmido, pesado-leve, duro-mole, viscoso-friable, áspero-liso e grosso-fino).
  • 19. Las dos mejores y más didácticas síntesis explicativas de la visión medieval de mundo –con los conceptos (de filosóficos griegos, no olvidemos) de ordem, harmonía y proporción– son: LEWIS, C. S. “Os Céus”. InA Imagem Descartada. Para compreender a visão medieval do mundo. São Paulo: É Realizações, 2015, p. 97-122 e PRING-MILL, Robert. “La visió medieval”. InEstudis sobre Ramon Llull (1956-1978). Barcelona: Publicacions de l’Abadia de Montserrat 1991, p. 53-85.
  • 20. CLAUDIO PTOLOMEO. Tetrabiblos (El fundamento de toda la Astrología) (trad.: Demetrio Santos). Madrid: Editorial Barath y Demetrio Santos, 1981.
  • 21. Todo eso también se encuentra en el Tetrabiblos ptolemaico (En el Libro I, 4. Planetas benéficos e maléficos, 5. Planetas masculinos e femeninos, 6. Planetas diurnos e nocturnos, op. cit., p. 21-23).
  • 22. ENRIC RUBIO, Josep. “The Celestial Spheres”. In: FIDORA, Alexander, and RUBIO, Josep E. (eds.). RAIMUNDUS LULLUS. An Introduction to his Life, Works and Thought. Turnhout: Brepols, 2008, p. 352.
  • 23. Tanto la Figura A cuanto la Figura T (así como sus respectivos análisis hechas por Llull) pueden ser apreciadas en su obra Arte Breve (1308), en nuestra traducción.
  • 24. Árbol Celestial, “II. Del Tronco”.
  • 25. Tradición aristotélica que define el alma por sus facultades. ARISTÓTELES. Sobre a Alma (trad. de Ana Maria Lóio). Lisboa: Imprensa Nacional-Casa da Moeda, 2010.
  • 26. PLATÃO. Diálogos. Timeu – Crítias – O Segundo Alcibíades – Hípias Menor (trad. Carlos Alberto Nunes). Belém: Editora da UFPA, 2001, p. 68-69.
  • 27. En la mejor tradición aristotélica, pues normalmente el Estagirita hace una revisión crítica de un tema –lo que los filósofos anteriores a él dijeron a respecto– para donar su paso adelante. A ese respecto, el ejemplo más notable son los primeros libros de su Metafísica.
  • 28. LOLA BADIA, “Versió catalana de la Disputa del clergue Pere i de Ramon, el Fantàstic”. InTeoria i pràtica de la literatura en Ramon Llull. Barcelona, Edicions dels Quaderns Crema, 1991, p. 211 (cap. I, 2).

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